Diego Fernández Gómez
Estudiante del Centro Escolar del Tepeyac y Coordinador del Equipo Élite de Héroes Hoy
(1er. lugar del Concurso Nacional de Expresión Oral y Escrita "Octavio Paz", 2014)
“Las cosas no cambian, cambiamos nosotros.”
-Henry David Thoreau
México es un
país que permanece adormecido por su propia apatía, comodidad y conformismo; es
un país de jóvenes sedientos por ver el cambio reflejado en las calles, en su
modo y calidad de vida. Estos
mismos jóvenes saben del potencial de su país de origen, el cual no se ha
podido explotar por falta de energía social.
México necesita líderes comprometidos a
despertar a los ciudadanos; a hacerlos entender que el cambio está en la acción
y no en la espera. En las nuevas generaciones se encuentran los futuros
dirigentes del país que tendrán como responsabilidad el despertar a México.
Los problemas sociales, económicos y políticos
de México no deben ser motivo para que el país quede atascado en un bache
profundo, contrariamente, nos deberían conducir a una reflexión para llegar a
su resolución. Esa reflexión radica en nosotros, la juventud, que no únicamente
nos quedaremos con las ideas, sino que haremos todo lo posible por llevarlas a
cabo. He ahí donde surge el heroísmo de la juventud: en la acción, la lucha, la
perseverancia y el triunfo.
Estas ganas insaciables por cambiar al país las
transmitiremos de estado a estado, de municipio a municipio, de joven a joven.
Formaremos una cadena para trabajar juntos y avanzar hacia el futuro próspero
que tanto se anhela.
Todos caminamos por el mismo sendero, pero con
distintos zapatos. Dejemos a un lado el egoísmo, la vanidad y la arrogancia
para formar, entre todos, un gigante que camine con sólo un par de zapatos.
México necesita de más ciudadanos. La cohesión
social es el principio del cambio; con ella le haremos ver a los malos “gobernantes”
que no necesitamos de ellos para generar un mejor país.
La violencia no debe ser el conducto para conseguir hacernos notar, pues la
palabra es un arma potencialmente superior. La voz de los ciudadanos genera un
ruido impresionante, alcemos la voz y usemos la palabra para demostrar nuestro
poder como sociedad, para que México y el mundo se den cuenta de que el cambio
sí es posible.
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